El 22 de julio de 1812, el Primer Triunvirato le sugirió al Cabildo de Buenos Aires la composición de una marcha de la patria para ser interpretada al principio de las funciones teatrales y en las escuelas al finalizar diariamente las clases.
Al año siguiente, la Asamblea General Constituyente del Año XIII le encargó a Vicente López y Planes la letra y a Blas Parera, la composición de una nueva música. El 11 de mayo de 1813 se aprobó como Marcha Patriótica una inspirada en la obra teatral «El 25 de Mayo» de Luis Morante la que terminaba con un himno escrito por Motante y con música Blas Parera.
A través de su historia sufrió varios cambios. Pasó a ser Canción patriótica nacional, Canción patriótica, hasta que una copia, publicada en 1847, lo llamó Himno Nacional Argentino, nombre que conserva hasta la actualidad.
La canción se interpretó por primera vez en una de las tradicionales tertulias que se daban en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson. La letra original era antimonárquica, independentista y antiespañola y duraba 20′.
En 1860 Juan Pedro Esnaola realizó algunos cambios a la música, basándose en anotaciones manuscritas del compositor, creando una versión orquestada más rica desde lo armónico que en marzo de 1900, por Decreto del Poder Ejecutivo, se reglamentó para utilizar para actos oficiales y públicos. En 1924, se abrevió a 3′ 30″ y 3′ 53″.
Finalmente, el Decreto 10.302 del 24 de abril de 1944, resolvió adoptar como Himno Nacional el texto compuesto por Vicente López, sancionado por la Asamblea el 11 de mayo de 1813. Para el canto se observará lo dispuesto en el Decreto de 1900; y se adopta, como auténtica música, la versión editada por Pedro Esnaola en 1860.